IGLESIA Y PLAZUELA DE SAN MARCELO EN CERCADO DE LIMA
Arqueólogo Rolando Arciga Soto
Arqueólogo Rolando Arciga Soto
Iglesia de San Marcelo
Fuente: Arqueólogo Rolando Arciga Soto
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El primero de junio de 1551 llegaron a Lima doce padres agustinos, que en su mayor parte pertenecían al convento de Salamanca, según escribe fray Ignacio Monasterio, para instalarse en los edificios que les habían cedido los esposos Gonzales de la Torre. Poco después los diligentes padres ampliaron las edificaciones existentes con la compra del solar de Juan de Morales, en la esquina de las calles de Pregonería con Belaochaga (Emancipación con Rufino Torrico). Ahí el alarife Esteban de Amaya les construyo, a partir del 19 de Julio de 1554, su casa conventual en lo que hoy vendría a ser la parroquia de San Marcelo. En 1554 encomiendan al mismo alarife la construcción de su primera iglesia para la cual el carpintero Cristóbal López hizo primero los techos de alfarjes y artesonados, luego al año siguiente el coro y después, a pedido de fray Agustín de la Santísima Trinidad, la talla de la imagen en bulto de Nuestra Señora de la Gracia, convertida en titular de dicho convento. El templo sufrió muchas transformaciones, desde perder una de sus naves por cuestiones de orden, hasta tener que ser completamente reedificado después del terremoto de 1609. Pero si bien su rostro tuvo que cambiar y adaptarse, su profunda belleza y elegancia permanecieron. Bastaria mencionar el bellísimo retablo dedicado a la Virgen de los Remedios quien acoge con su ternura a los peregrinos, sus hijos, desde el altar mayor. El coro, el bautisterio, la sacristía, todo derrocha espacio y sencillez , calidez y elegancia . Predomina entre sus cuadros la figura de San Francisco Javier, el santo misionero.
Plazuela de san Marcelo
Fuente: Arqueólogo Rolando Arciga Soto
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A principios del siglo XVII el Monasterio de la Santísima Trinidad estuvo ubicado junto al terreno donde se levantó la Iglesia de San Marcelo. En 1610 se habla ya de “la plazuela que solía ser de la Santísima trinidad. En 1612, el escribano del cabildo, Alonso de Carrión, pidió que la pila de agua que estaba en el medio de la plazuela se colocase a un lado de ella, porque constituía un estorbo. Expreso: “ La plazuela que de mi voluntad y de mi sitio y solar he dejado para el ornato de la iglesia y mis casas en medio de ella”.
La visitare. Afuera no me gusta nada.
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