RESEÑA HISTÓRICA SOBRE LA DEMARCACIÓN Y DIVISIÓN POLÍTICA DE LA PROVINCIA DE CANTA, EN LA ÉPOCA COLONIAL
En un estudio que hemos hecho sobre la Arqueología del Departamento de Lima, trazamos un esbozo de lo que sería la demarcación en la época incaica. En tiempo de la Dominación española quedó dividido el antiguo Hunu o tribu de los Ata-Hualla, en tres repartimientos y encomiendas: Atavillos, Canta y Huamantanga. Estos repartimientos estaban encomendados al Conquistador del Perú Don Francisco Pizarro y a algunos de sus parientes y heroicos compañeros.
Conforme a la copia del original que se guarda en el archivo del Cabildo de Lima, donde se hace constar el número de vecinos que poblaron esta ciudad, con los repartimientos de indios y solares que les cupieron y conforme a los datos que trae el Cronista P. Bernabé Cobo, figuran los primeros encomenderos de la provincia de Canta, cuyos repartimientos son los siguientes:
“Al Gobernador Don Francisco Pizarro, encomendero de los Atavillos y Guayllas, cuatro solares que es la cuadra donde es hoy palacio”.
“A Nicolás de Rivera, el Mozo (así llamado por no antiguo en la Conquista, como el otro), encomendero de Maranga, Canta y Vegueta, un solar que linda con el de Rivera, el Viejo, donde hoy tienen los de su casa las posesiones de su mayorazgo”.
“A Martín Pizarro, encomendero de Huamantanga, un solar que linda con el de Rivera, el Viejo”.
Conforme a éste lista se puede deducir que: la confederación de “marcas” o “pachacas” de la época incaica pasó a formar parte de los repartimientos y encomiendas en la época de la época de la Conquista española.
La situación geográfica de estos repartimientos, sería la siguiente:
a. Repartimiento de “Ata Villu”. Conforme a la lista del Padre Cobo, este Repartimiento figura con el nombre de “Atavillos” y fue encomendado al Gobernador del Perú, D. Francisco Pizarro. Este repartimiento tendría, probablemente, la siguiente demarcación: por el norte, el ramal cisandino de Chécras que lo separaba de las encomiendas de Cajatambo y, quizá si la misma Cordillera Negra, que lo separaba de las encomiendas de Huaylas pertenecientes a Pizarro ; por el sur, el nudo de “Mango” y el riachuelo de “Quinchuira”, que lo separaba de la encomienda de Huamantanga, por el este, la Cordillera de “La Viuda”, que la separaba de las encomiendas de Tarama (Tarma); y por el oeste, la encomienda de “Jesús del Valle”, en Chancay. Este repartimiento comprendía los actuales distritos de: Atavillos Alto, Atavillos Bajo, Pacaraos y Lampián.
b. Repartimiento de Huamantanga.- Su primer encomendero español fue Don Martin Pizarro, tío paterno del Marques don Francisco, quien estaba casado con doña Francisca de la Torre y cuyo hijo mayor don Juan Pizarro, quedó como dueño de la encomienda de “Huamantanga”. Esta encomienda o repartimiento tendría, probablemente la siguiente demarcación;: por el norte, los nevados de “Auquischani”, “Mango” y el riachuelo de “Quinchiura”, que los separaba de la encomienda de “Atavillo”, por el sur, el rió Chillón, que lo separaba en todo su recorrido de la encomienda de “Canta”, por el este, la Cordillera de “La Viuda”, en la sección de “Pillonán”; por el oeste, las lomas de “Macas”, que lo separaban del repartimiento de “Caraguayllo”. Este repartimiento colonial de Huamantanga comprendía una extensión de terreno en donde, actualmente, se hallan situados los distritos de Sumbilca, Huamantanga y San Buenaventura de Tuti.
- Encomienda de “Canta”.- Datos biográficos del fundador de Canta, don Nicolás de Rivera, el Mozo.- El Conquistador don Nicolás de Rivera, el Mozo, era natural del pueblo de Vitigudino, cerca de Salamanca, en España. Vino al Perú por los años de 1534 a 1536, y fue vecino y uno de los primeros regidores de Lima, siendo también, Encomendero de Maranga, Huatica y Vegueta. Don Nicolás de Rivera, el joven, casó con doña Inés Bravo de Lagunas y Peralta. Los hermanos del Mozo, residentes en Vitigudino, se apellidaban Gómez de la Reguera. Garcilaso de la Vega, Peralta y últimamente, Sir Clemente Markhan lo enumeran entre los heroicos compañeros de Pizarro en la Gorgona. Cuando se fundó la ciudad de Lima fue nombrado por Pizarro, Regidor de Lima, el 22 de enero de 1535. Probablemente descubrió Canta, el año de 1534 y cumpliendo lo dispuesto por el Gobernador tomó posesión de su Encomienda el 8 de setiembre de 1535.
La encomienda de “Canta” tendría la siguiente demarcación: por el N., el rio Chillón que separaba de la encomienda de Huamantanga; por el S., el riachuelo de “Chacalla” que lo separaba de las encomiendas de los “Yauyos”, por el E., la Cordillera de “La Viuda” que la separaba de las encomiendas de Tarama; y por el O. las lomas de “Jicamarca que la separaban de Huarochirí y Lima. Esta encomienda abarcaba los actuales distritos de: Canta y Arahuay; tenía como sede la “Villa de Canta”.
El Corregimiento de Canta.- El primer Corregidor de la Provincia o “Corregimiento de Canta”, fue don Juan de Vargas Venegas, español, vecino de la ciudad de “Los Reyes de Lima”, quien fue nombrado por el Virrey del Perú don Francisco de Torres y Portugal, Conde del Villar don Pardo, que gobernó por los años de 1585 a 1589. El Corregidor Vargas Venegas era yerno del Licenciado de Monzón, uno de los Oidores más antiguos de la Real Academia.
Este Corregidor tiene la gloria de haber presentado el Informe más brillante a favor de Santo Toribio Alfonso de Mogrovejo, vindicándole de los injustos cargos que, por cuestiones del Real Patronato, le hizo el Virrey García Hurtado de Mendoza, Marques de Cañete. En su declaración como testigo el 9 de marzo de 1595, presentada de Lima, en sumaria información, ante el Deán de la Catedral don Pedro Muñiz y atendo el alocado Publico Francisco Alarcón, dijo a la primera pregunta, que conocía al Iltmo, señor don Toribio Alfonso de Mogrovejo, desde el día de su llegada como Arzobispo ya que él había servido a la corona de España durante el gobierno de los Virreyes don Martin Enríquez, del Conde del Villar y del Marqués de Cañete”. A la cuarta pregunta dijo: “que había sido Corregidor en el valle de Ica y en el corregimiento de Canta, este último visitado por el Licenciado Salinas en nombre del Arzobispo Toribio Alfonso de Mogrovejo, que lo envió para reformar los vicios, extirpar las idolatrías, vigilar la conducta de los clérigos de las parroquias”. A la quinta y décima preguntas afirmó: “Que la constaba que el dicho Arzobispo había visitado todo el Arzobispado por dos veces, y él era testigo como corregidor de Ica y de Canta de las condenaciones que el Arzobispo Mogrovejo hacía a los malos sacerdotes, imponiéndoles multas a favor de los indios y ornamento de las iglesias”. De las 23 preguntas que absolvió satisfactoriamente en favor del Santo Arzobispo, una de las más brillantes es la siguiente: “Que es cosa pública y notoria, y sin género de duda, la mucha cristiandad, y rectitud y vida del señor Arzobispo por ser, como es Prelado, muy cristianismo y abstinente, de muy santa vida; que duda haber otro Prelado en el mundo que sea tan cristianismo y penitente como él”.
Los títulos originales de Canta, los tenía en su poder el Cacique y Gobernador general de las provincias de Canta, Huarochirí, Jauja y Tarma, llamado, don Agustín Tanta – Willca, Asto-Kuri, Apu-Alaya, Cosqui-Puma, que para mayor seguridad, los tenía guardados en una caja de cuero con dos chapas de metal, antes de su total desaparición en el incendio que sufrió su casa de Canta, estando el Cacique citado visitando el pueblo de Lachaqui, durante la festividad de San Francisco, el 4 de octubre de 1655.
La información de testigos que para este proceso sobre desaparición de documentos, autos y demás títulos, se llevó a cabo en la persona del Cacique don Agustín Tantavilca, tuvo lugar en Canta, el año de 1672; siendo corregidor de esta provincia don Agustín Retuerto y Carbajal, Maestro de Campo de los reales ejércitos y Alcalde Mayor de Minas; siendo el décimo sétimo Virrey del Perú don Luis Enríquez de Guzmán, conde de la Alva de Liste.
Para la historia de los límites de Canta, tiene, indudablemente, importancia la actuación de muchos de los Corregidores que sucedieron al Maestro de Campo don Agustín Retuerto y Carbajal, para determinar la propiedad privada y comunal, los deslinde y amojonamiento que se llevaron a efecto en los pleitos de tierras que por muchos años tenían los pueblos, o repartimientos de esta provincia. En los autos de propiedad que se han conservado de estos grandes juicios, el historiador y el jurista tienen también abundante material para conocer el derecho indígena, los nombres y los hechos de algunos personajes históricos, los principales acontecimientos y hasta el grado de cultura y la evolución social de los agregados humanos en esta importantísima provincia.
Tal es, en resumen, los pequeños datos históricos sobre la primitiva “Encomienda de los Atavillos” que, andando los tiempos, llegaría y ser una Provincia importante.
Se ha comprobado, a la luz de la Arqueología y de los Documentos escritos coloniales, que las ciudades precolombinas de “Canta-Marca”, “Urco-Marca”, “Chiprac”, “Añay” y “Urcos”, de los Distritos de Canta, Atavillos y Lampián continuaron en el Virreynato, o sea, en el siglo XVI, como ciudades-habitación, donde las autoridades españoles, encomenderos, corregidores, caciques, párrocos y Misiones vivieron en comunidad con los indios aborígenes.
El cumplimiento de las Ordenanzas del Virrey Toledo, las Reducciones de Indios y traslado de poblaciones indígenas a las ciudades de tipo español, en la actualidad, tuvieron lugar más tarde, al comenzar el siglo XVII.
Las iglesias de estilo “barroco” y “churrigueresco” con altares tallados y dorados, nos recuerdan que, en el siglo XVII, comienza la nueva vida de estos pueblos que constituyen las actuales provincias del Departamento de Lima, levantados sobre los Repartimientos de Pizarro.
Monseñor Villar Cordova, pionero de la arqueología de la sierra de Lima hizo importantes estudios tambien referente a la etnia de los huanchos de la cuenca alta del rio Rimac, cuya sede era el actual San Mateo de Huanchor. Es necesario que sus obras "Arqueología del valle de Lima" y especialmente "Las culturas prehispanicas del departamento de Lima" deberian ser reeditadas y difundidasotra vez.
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